El dióxido de carbono que se libera de las
actividades industriales está provocando un calentamiento progresivo de nuestro
planeta y una disminución del pH de los océanos. Esta reducción es debida a que
casi un tercio del dióxido de carbono (CO2) es absorbido por el
océano, y al disolverse en el medio acuoso se forma ácido carbónico (H2CO3).
Debido a esta reacción, el pH oceánico medio ha disminuido de 8,2 a 8,1 en la
actualidad, que representa una acidificación del 25-30% con respecto a los
niveles de pH de los últimos siglos. Los efectos de esta acidificación del pH son
claramente visibles en la actualidad y son responsables de cambios en la morfología,
fisiología e incluso reproducción de una gran variedad de organismos marinos.
Por ejemplo, en experimentos con variaciones
de pH se ha observado una disminución en el tiempo de reacción en la vista
de peces y en la capacidad de escape de
moluscos para evitar a sus depredadores. Los efectos más evidentes se han encontrado
en corales debido a que la disminución del pH hace que disminuya el índice de
calcificación del exosqueleto de los corales porque se encuentran expuestos a aguas más
corrosivas. Sorprendentemente, varios investigadores han observado que algunas especies de corales se
ven favorecidas por el fenómeno de la acidificación e incluso han comprobado que ciertos corales pueden modificar
el pH del agua que absorben. Sin embargo, son escasas estas excepciones y las predicciones que
han realizado los científicos para las próximas décadas son poco halagüeñas.
El principal problema de la acidificación es
que va en aumento y para el año 2100 se prevé que los océanos sean más ácidos
(50% más) en comparación con los niveles de la era preindustrial, hace poco más
de 200 años. El grado de corrosión del agua marina será tan elevado que el
proceso de calcificación de corales y de conchas de moluscos requerirá una
mayor cantidad de energía y, por tanto, será más difícil para que pueda llevarse
a cabo. Necesitamos más datos para conocer el verdadero alcance de este
fenómeno en el océano y para ello hay que realizar estudios a largo plazo y
multitud de experimentos para conocer con exactitud cómo se adaptan los
organismos marinos a la acidificación de las aguas oceánicas.
Este proceso es debido únicamente a las
emisiones de dióxido de carbono procedentes de las actividades humanas y no
está relacionado con el cambio climático. Por esta razón, la disminución de pH debe
considerarse en escenarios futuros conjuntamente con el incremento de la
temperatura oceánica y la pérdida de oxígeno que se está produciendo en las últimas
décadas como consecuencia del cambio climático. Lo que los científicos han
comenzado a denominar “el trío mortal”
(acidificación, calentamiento y anoxia).
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