En todos los ambientes del Planeta nos encontramos con animales, vegetales o microorganismos que son muy abundantes incluso que dominan una zona, mientras que otros son mucho más difíciles de encontrar, los llamados "raros". La mayoría de las ocasiones están formadas por un individuo o como mucho dos, y suponen la anécdota de la semana para los investigadores porque no encuentran todos los días.
Hasta hace
poco tiempo no se les consideraba importantes a estas especies por sus bajas
abundancias y su escasa representatividad en los muestreos, pero en los últimos
años se ha descubierto que las funciones que realizan han pasado desapercibidas
por nosotros y que la presencia o no de esos pocos individuos puede ser de gran
importancia para todo el ecosistema. En los arrecifes coralinos se ha
encontrado que la mayoría de las especies consideradas raras realizan funciones
que proporcionan más protección al ecosistema, es decir, que sin ellas se
volverían más vulnerables a los cambios.
Pero esto no se limita únicamente a
los arrecifes de coral, también se ha comprobado que estas especies juegan un
papel fundamental en ecosistemas tan dispares como los ecosistemas alpinos o
los bosques tropicales. La desaparición de estos
ejemplares “raros” haría que estos lugares pudieran llegar a desaparecer al
perder parte de su funcionalidad que es realizada por estas especies.
A partir de
ahora los estudios de diversidad están considerando la “función” que realizan
las especies dentro de los ecosistemas. La pérdida de una función, como la
absorción de nutrientes, predación de herbívoros, etc., es de gran importancia
para su viabilidad, en especial, si es llevada a cabo únicamente por un animal,
vegetal o microorganismo compuesto por 1 ó 2 individuos.
Es decir,
que RARO no quiere decir MENOS importante…
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