La conservación de los
ecosistemas marinos es una prioridad para muchas poblaciones costeras. En el
mejor de los casos, se desarrollan medidas de protección como la limitación de
usos (pesca, turismo, etc.) para mantener zonas bien conservadas. Sin embargo,
en la mayoría de las ocasiones nos encontramos con áreas que han sufrido
alteraciones siendo necesaria también su recuperación para que la conservación pueda
surtir efecto. Aquí
entra en acción la restauración marina, denominada así porque su finalidad es
volver a las condiciones que existían con anterioridad de las modificaciones
que se han ido produciendo en los últimos tiempos.
La restauración de ecosistemas
marinos está adquiriendo una gran importancia en los últimos años debido a los
daños que han sufrido muchas áreas por efecto de la presión humana. Estas
acciones se han llevado a cabo en muchos arrecifes de coral y ahora se conocen
las variables para saber si la restauración ha funcionado o no, o los costes
económicos. Estos
últimos varían mucho dependiendo de la magnitud de la restauración, pero el
precio medio por hectárea en un arrecife de coral ronda los 365.000 €, con
proyectos desde 5.500 € por hectárea para áreas preparadas donde crecerá coral,
hasta 3,65 millones € en trabajos donde se incluye sustrato artificial para el
asentamiento de coral. Un inconveniente de los proyectos de restauración es
su corta duración, que en muchas ocasiones no permite conocer en su totalidad
los resultados de estas iniciativas; y también las pequeñas dimensiones del
área restaurada, normalmente en torno a 100 m2 y rara vez se lleva a
otras escalas.
Pero… ¿Son efectivos estos
proyectos de restauración? En una
revisión reciente encontraron que sobreviven el 60% de los corales restaurados,
pero estos porcentajes se limitan únicamente a las experiencias en arrecifes de
coral. Para las praderas de plantas marinas, que no son algas porque tienen
flores y raíces, las
experiencias de restauración han tenido resultados dispares porque en muchas
ocasiones las praderas restauradas han sido afectadas por temporales de mala
mar que han destruido todo el área. Y existen indicios de que cuanto mayor
sea la zona restaurada, mayores serán las probabilidades de que se mantenga en
el tiempo, aunque también influyen otros factores como la pradera donadora,
características del sedimento en la zona, etc.
Todavía es
necesaria más información sobre restauración de otros ecosistemas costeros,
como fondos rocosos con algas, cuevas submarinas, zonas intermareales, etc. aunque
ahora hay proyectos importantes que arrojarán luz sobre estas acciones de
restauración en diferentes regiones. Por tanto, la restauración será algo
cotidiano en las noticias relacionadas con el medio marino. Esto quiere decir
que ya hemos asumido que hemos cambiado el Planeta, ahora tendremos que hacer
esfuerzos en minimizar los daños e intentar que vuelvan a ser como los
conocíamos antes.
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