El número de especies amenazadas en
el planeta se ha
incrementado de forma alarmante en las últimas décadas y son
necesarias medidas de urgencia para revertir esta situación, como por ejemplo
la iniciativa global denominada “Alianza
para la Cero Extinción (AZE)” en la cual se identifican las
áreas donde sobreviven los últimos ejemplares de especies amenazadas y en
peligro crítico de extinción.
En el medio marino se están dando
los primeros pasos en esa dirección con la creación
de una red de reservas marinas. Esta red supone uno de los pasos más
importantes para la conservación de la biodiversidad marina a nivel mundial. Sin
embargo, para llevarla a cabo es necesario incrementar el número de reservas en
muchas zonas costeras y también en mar abierto. Y hay que tener en cuenta que
la distribución de las especies con algún rango de protección varía mucho,
incluso entre los diferentes grupos marinos por una serie de factores, como su
capacidad de desplazamiento que no es la misma, una ballena puede llegar a
recorrer miles de kilómetros mientras que un cangrejo territorial raramente se
desplaza fuera de su zona, que son unos pocos metros.
La red de reservas marinas debe
incluir áreas extensas para proteger especies con alta movilidad como los
cetáceos o los tiburones y las rayas, estos últimos muy amenazados por la
presión pesquera. En la
actualidad existen más de 5.000 reservas marinas pero la inmensa mayoría son de
dimensiones reducidas, mientras que el rango medio de desplazamiento de los
tiburones y rayas amenazados es de más de 500.000 km2. En los
últimos años se han creado reservas marinas de tamaño gigantesco que de forma
conjunta engloban el 74% de la superficie protegida a nivel mundial, la última
de ellas en el Océano Antártico. Se trata de un paso importante
teniendo en cuenta las dificultades de crear este tipo de reservas en aguas
internacionales o bien en aguas jurisdiccionales de varios países.
El siguiente paso es establecer
estas reservas en aquellas zonas críticas donde se concentran la mayor parte de
las especies amenazadas, y este proceso será tedioso porque es necesario tomar
en consideración todos los sectores con intereses económicos y/o
conservacionistas. En el caso de los tiburones
y las rayas se hace necesaria la creación de reservas en la costa sur de Brasil
y norte de Argentina, así como, las costas de Indonesia, Filipinas, Taiwan y China
donde existen varias especies en serio riesgo de extinción y que han
sido explotadas comercialmente desde hace tiempo y, por tanto, es necesario
dejar zonas sin protección para que esta actividad pesquera se siga realizando
por su importancia para la economía local de estas regiones.
En el caso de los tiburones y rayas
parece que la red de Reservas Marinas Globales permitirá detener la extinción
de estas especies amenazadas, pero no servirá para otros grupos
como los corales y los peces que viven en ellos. Más
acciones de conservación son necesarias para poder proteger toda la
biodiversidad que presentan.
¿Alguna sugerencia?
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